diumenge, 6 de març del 2011

Never stop climbing.

Cerrar los ojos, imaginarlo todo del color y de la forma que tú quieras. Imaginarte como es la vida de la mujer que va andando a tu lado, imaginar lo que tiene, piensa, quiere y siente.
Escribiendo esto me doy cuenta de que finjo siempre que estoy bien, cierro los ojos y es como huir de todo; te imagino y soy feliz. Imagino que me coges la mano para nunca soltármela; pero al abrir los ojos y ver como es el mundo en realidad me doy cuenta de que nada de lo que me hace feliz existe, y eso es culpa mía. Pienso que vivo en una película de esas en las que los dos protagonistas, chico y chica, se enamoran, y por mucho que sufran o sus caminos se distancien al final siempre se vuelven a juntar porque sí, solo porque lo dice el guión. Va siendo hora de que me de cuenta de que en mi vida no hay un guión escrito, y si me quedo parada nunca lo habrá.
Tengo que correr, marcharme lejos; me tienen que dar igual las cosas que abandone por el camino si tú estás al final de este. Puede que al darme cuenta de lo que he abandonado sienta un pequeño sentimiento de tristeza, pero si te tengo cerca se irá y si sigues junto a mi no volverá nunca. Solo tengo que escalar y si llego a la cima empezar otra montaña; pero no podré mirar atrás o me caeré y no podré volver a subir. Eso sí, no me quedaré sin montañas que escalar, no me quedaré sin maratones que correr ni caminos por caminar; no me quedaré parada.

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