dilluns, 7 de març del 2011

Conformarse es la clave para ser feliz, pero solo a veces. Y sí, este no es mi caso.

 Porque hay días en los que nada sale bien, y cuando digo nada es nada. Nada especial ha pasado. Del día de hoy solo recuerdas catástrofes y malos tragos. Recuerdas ese gol que horas atrás no has metido, cuando tu madre te castiga por GILIPOLLECES que no le importan a nadie, las notas no te van especialmente bien y en verdad esto te la suda porque deseas ser alguien importante en esta vida y sabes que no lo conseguirás estudiando, sino entrenando.
 De este día recuerdo las muchas veces que me han entrado ganas de llorar, y ninguna precisamente de alegría. Y ahora, ya por colmo, suena triste música de fondo, proviniente de mi iPod.
 Y ahora mismo, en este justo instante lo único que me queda son las ganas de escribir. Necesito escribir sobre lo que pienso y como me siento; escribir sobre lo que quiero hacer y lo que voy a lograr. Eso sí, paso de escribir sobre paranoias, malos tragos y momentos horrorosos, aunque todos los que me conozcáis mínimamente sabéis perfectamente que no soy así. No se dejar de emparanoiarme, tampoco dejar de pasar malos tragos ni imaginar que todos mis momentos son horrorosos. Pienso, sinceramente que, en este justo instante, mi vida es cada vez más horrorosa y todavía va a peor. Necesito escribir sobre ello. Es una manera de desahogarme; evita noches sin dormir y días sin ser persona; no me hace sentir feliz pero si aliviada y eso ya es algo. Me conformo con poco, lo se pero es que a veces no hay más remedio. Hay veces en las que conformarse es lo único que queda, porque si no lo pasas muy mal, pero mucho.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada