creía que el infinito andaba más lejos

 Dicen que solo sabes que necesitas a alguien cuando lo pierdes, si es así, nunca te he necesitado. Tus abrazos y tus chistes malos de los que solo yo me reía me han ayudado, pero no estaba enamorada hasta el culo como tu decías, era lo que quería pensar y te seguía allí donde fueras. Cerca o lejos, playa o montaña, Palma o Madrid. En un entonces me hubiera dado igual el lugar si era a tu lado, ahora ya no era así. Hemos hecho el bien para los dos, para mi no cambia porque no soy como tú, tú hoy volverás a cambiar, serás el mismo de antes y yo me alegro porque sé que eras más feliz con tu yo de verdad, que con tu yo que me gustaba a mi. Éramos polos opuestos, y por mucho que repitiéramos los polos opuestos se atraen sabíamos que en este contexto no funcionaba, mejor dicho, no funcionábamos, era todo demasiado fuera de si, forzábamos energías, intentamos fusionar dos mundos imposibles de unir y el tema nos acabó estallando en la cara, como estaba previsto. Nos metimos bien en el papel y finjimos, así como debe ser, pero en el momento que nos quitamos el antifaz descubrimos que somos diferentes, y nada puede unirnos al 100%.