dissabte, 6 d’agost del 2011
Que pena estar siempre pegado al suelo, el cielo queda demasiado lejos así que tendré que soñar que puedo volar. No es nada fácil cuando estás perdido, buscar la música que por muy fuerte que suene no puedo oír. Un día la suerte entró por mi ventana, vino una noche y se fue a la mañana, quizá solamente me vino a enseñar que viene y va como las olas, así como el mar se mueve; como la luna o como los rayos de una tormenta; como una idea o como un estribillo; como un recuerdo o como un espejismo. Igual que los problemas por la noche o como un famoso al que nadie conoce; la suerte es algo que todos pueden tener y nadie puede guardar porque básicamente viene y va. De tanto hacerlo sin parar me acostumbré a respirar y a derrochar el aire fresco; y cuando te vas pienso en las veces que te tengo, y cada vez que estás que cuando te vayas te echaré de menos.
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