creía que el infinito andaba más lejos

 Supongo que por eso lo hago. Tú siempre me preguntabas en qué momento había empezado a quererte, empecé a quererte exactamente cuando me dijiste que me dejabas. De hecho fue en ese preciso momento cuando olvidé del amor que sentía antes, me olvidé de la ternura y de la atracción, de tu lengua; me di cuenta de que lo que había sentido antes no era más que el simple reflejo de lo que era el amor. Y descubrí que no te había querido nunca. 

De repente pensé en aquella tortura que practicaban en Francia, ¿sabes qué hacían? Ataban las extremidades de una persona a cuatro caballos y los azuzaban en direcciones diferentes. Pues así es como me sentí, así es como me siento. Ahora ya sé lo que es amar. Te amo con esa clase de amor que había rezado por sentir antes, y que ahora prego para no volver a sentirlo nunca más. No sabes cuanto te odio.