dimecres, 12 d’octubre del 2011

a palabras elfas, oídos orcos

 Te juro que no lo soporto. Últimamente me estoy dando cuenta de que las cosas me afectan más de lo que pensaba. Me encantaba escribir sobre que me la pelaba lo que pensaran los demás, que solo me importaba mi opinión y que las demás no contaban, que a palabras necias oídos sordos... ¿Pero qué quieres que te diga? Soy mucho más sensible, y tampoco puedo decir que lo odio. Tengo que aprender a vivir con ello, a soportar el dolor de vez en cuando y a aceptar las verdades por mucho que duelan. ¿Y ahora por qué lloro? Me estoy dando cuenta de como es la vida de verdad, y solo tengo 13 años. ¿Qué pasará cuando crezca, los problemas se multiplicarán con la edad? Ahora son solo problemas de niñata adolescente, ¿qué pasará cuando madure y me de cuenta de que la vida es así? Espero irme haciendo fuerte con el tiempo; saber que por muy yo misma que sea las cosas no cambiarán, ni el mundo, ni las personas, ni las opiniones. ¡Que odio tener que aceptarlo! ¡¿A quién no le gustaría cambiar el mundo?! No me digáis: No es el mundo, son las personas. Porque es todo en general. La sociedad y el escenario en que vivimos se ha convertido en un cúmulo de basura que nadie podrá limpiar. Ya no hay nada que nos salve de toda esta mierda, no estamos yendo a pique, el avión se va a estrellar en cualquier momento. Grano a grano, gota gota; hemos conseguido que nadie quiera vivir felizmente. Todos, y cuando digo todos es todos, pensamos en negativo. Y no voy a decir que es hora de cambiar, porque no somos nosotros los que tenemos que hacerlo, lo que tenemos que cambiar son los prejuicios, los apodos, los insultos, el juzgar sin siquiera conocer, las malas primeras impresiones, y las ganas de joder a todo lo que se mueve. ¿Y sabes qué es lo peor? Que yo soy la primera de tantas personas que hacen esto, y me estoy dando cuenta de que cada día odio más lo que hago. Me siento mal, y lo peor es que sé que acabaré recibiendo todo lo malo que he repartido. Diría que cambiaré, que seré buena, que no volveré a joder, y todas esas chorradas, ¿Pero a quién c*ño pretendo engañar? Sé que no seré capaz, y aunque lo fuese, volvería a ser igual; porque todos me arrastrarían a la misma mierda de antes en la que estamos todos metidos. O cambiamos todos, o no cambia nadie. Es imposible, inténtalo si te quedan fuerzas, te lo pido por favor; pero a mi no me pidas que cambie. Arrastradme cuando lo hagáis vosotros, ese día estaré encantada de dejarme influenciar; y mientras esperaré aquí sentada porque creo que queda para rato.

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