dissabte, 6 d’agost del 2011
No sé como, pero te sigue funcionando. Sigues haciéndome quererte tras haberte olvidado. Me doy cuenta de que recaigo pero ¿qué le voy a hacer? Así soy yo, soy débil, muy débil. Puedo decir que me la suda lo que te pase y que me la pela a cuantas de folles; pero por mucho que lo diga, y lo repita, y lo vuelva a repetir; seguirá siendo incierto. Podría engañarme a mi misma, de hecho es lo que he estado haciendo desde que te conozco, pero no me gusta. No me gusta porque al fin y al cabo no soy yo la que sufre, sufren las personas que me quieren. Y, si haces sufrir a alguien, hagas lo que hagas y sea cual sea el motivo por el que lo haces, si haces daño a alguien está mal; y aunque lo haya hecho mil millones de veces, sigue sin gustarme eso de hacer cosas malas. Por eso, he decidido de una vez por todas... No sé que he decidido. Lo iba a escribir, pero no me acaba de convencer, porque no sería feliz; o puede que sí. Será mejor que lo medite, o no. No, mejor no, meditar es malo, y repito que no me gusta hacer cosas malas. No me gusta meditar, porque de una manera u otra acabas haciendo planes, y si algo he aprendido, es que sea el plan que sea, siempre acaba pifiado. Supongo que me dejaré llevar, ni meditaré ni me esconderé; seré yo misma, aunque para hacer eso primero debería saber quien soy de verdad. Creo que dejaré de maquillarme por un tiempo, quiero saber quien es la verdadera yo.
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada