divendres, 28 d’octubre del 2011

 Puedes correr por la calle gritando que odias el mundo o gritar en silencio todos los sentimientos que te da vergüenza compartir. El mundo no está hecho para cobardes, dicen algunas personas; sí, lo dicen los mismos que no te dejan hablar por si pones a alguien en su contra. Que el gritar si no te oyen sólo sirve para quedarse afónica y el hablar si no te escuchan para gastar saliva, pero por probar... Haremos muchísimas cosas inútiles en esta vida pero mejor esto que no hacer nada. Un día abrirás los ojos y te darás cuenta de que has dejado atrás muchísimas cosas, recuerdos, fotos, besos, abrazos, almas, cuerpos... pero habrá valido la pena si ha sido para llegar hasta donde estás. También te puede llegar a parecer que no avanzas, que hace siglos que estás allí mismo, te sientes atada a las cosas que te rodean. Necesitas despejarte, olvidarte un poco de todo y descubrir cosas inimaginables. Ahí estás, en el punto de partida; ¿por qué no sales? ¿A caso algo te está atando? En este preciso instante no tienes nada que valga la pena, nada por lo que digas: vale la pena quedarse. Nadie pide que estés a su lado para siempre, es ser invisible en un lugar que odias, estás mal para nada. ¡Lo que darías para poder darte! Pero  no puedes, sabes que en el fondo algo te dice que te quedes, que todo mejorará con el tiempo, que un día te despertarás y verás que ha valido la pena quedarte. Si tú quieres tengo el plan: caminar hacia tu corazón.

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