I'll live, I'll love, I'll carry on.

 Lo único que pido es ser capaz de mantener la calma. Que el gritar si nadie te oye sólo sirve para quedarse afónico, lo he dicho montones de veces y lo repetiré las veces que haga falta. Lo mejor que puedes hacer ahora es echarte una siesta, soñar, dejar que tu imaginación fluya, que cada uno de tus poros exhale placer.


 Que aquí ya nadie sabe nada y nos pensamos que todos lo sabemos todo. Qué asco de mundo en el que el 90% se piensan ser el 10%. Qué triste, y pensar que yo hace un tiempo era feliz... no entiendo nada. ¿Ha cambiado el mundo o he cambiado yo? Supongo que los dos nos hemos vuelto más crueles, fríos y distantes pero por caminos distintos, la cual cosa ha conllevado a separarnos aún más, mucho más. Ya no creo en nada ni nada cree en mí. Nadie tiene fe en que algún día conseguiré lo que me proponga cueste lo que cueste. Aunque bueno, el problema principal es que no tienes metas, y sin metas es imposible avanzar, sin metas la vida da vueltas de 360º, siempre acabas volviendo al mismo sitio en el que estabas antes, la única diferencia es que estás aún más perdido que antes, triste pero cierto. Por eso adorno las verdades, por eso me encanta la finalidad de las mentiras piadosas aunque no sea partidaria de usarlas ni de que las usen conmigo, aunque admito que las he usado más de una vez.


 ¿Pero qué estoy haciendo? ¡Que esto no va sobre mentiras ni sobre tristeza! Esto va sobre la vida, y aunque a veces lo parezca en la vida hay más cosas. Hay oportunidades y trenes que pasan tan sólo una vez, y lo único que puedo decir sobre ello es que te aconsejo que lo aproveches, que dejes de lamentarte por lo malo de una ve por todas y comiences a ser valiente, a mirar a los ojos a la vida y a las personas que te rodean y digas: vale, la vida que me ha tocado vivir es esta y por mucho que suplique no cambiará.


 Cuando hayas acabado de pronunciar esta frase ya serás más humano, más persona, más tu mismo. Y el día que te des cuenta agradecerás que haya escrito este texto tan macabro, porque por mucho que duela lo que debemos hacer con lo que nos ha tocado es aceptarlo y amarlo como tal, al igual que deberíamos hacer con nosotros mismos.