dimarts, 3 de juliol del 2012

 Él, típica persona impasible a cualquier cosa que pueda alterarle la rutina. Se dedica a seguir la moda y las olas. Presume de dejarse llevar, de tener una vida llena de aventuras y de no tener frenos; pero en realidad todo eso le da miedo. Dice que llegará al pico más alto de la Tierra, después se tirará de cabeza y -si sale vivo- se comerá el mundo sin dejar ni una miga. Está convencido de que será grande, de que dentro de poco saldrá en portadas de revistas y en libros de historia; pero yo no estoy tan segura de ello.
 Ayer mi padre me dijo algo muy cierto: el 90% se creen ser el 10%. 
¿Entendéis la frase? Significa que la gran mayoría de las personas creen ser raros y/o especiales, pero en realidad no tienen nada de diferente. Somos todos esclavos de un sistema y de una sociedad sin escrúpulos, tememos al rechazo y a consecuencia de esto nos limitamos a callar nuestras opiniones por tal de ser aceptados. Creemos en nosotros pero pocas veces creemos en los demás, la cual cosa nos conlleva a ser desconfiados. Solemos esconder nuestros sentimientos y a nosotros mismos detrás de un caparazón que usamos como escudo y, aunque muchos crean que son capaces de penetrar en él, muy pocos lo logran; y cuando lo logran la mayoría de las veces nos dañan. Por eso cuantas más historias vividas, más experiencia adquieres, menos confías en los demás, menos personas penetran en tu caparazón y menos posibilidades tienes de ser feliz. Porque sí, dicen que la felicidad no está al lado de nadie, si no que está dentro de uno mismo, pero no sé si creérmelo del todo. Es verdad que si no estamos a gusto con nosotros mismos no lograremos estar nunca a gusto con nadie, pero todos necesitamos sentirnos queridos y... digamos que no nos basta una mano para satisfacer ese amor.
 La única conclusión que saco de este texto es que deberíamos afrontar la realidad sin distorsionar, dejarnos llevar por muy difícil que sea y abrirnos a cualquier cosa, sea al amor, a la amistad o a cualquier otra aventura que pueda interponerse en nuestro camino.
Y ya sabéis:
cuando amas lo que tienes,
tienes todo lo que quieres.

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